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Has votat? (me preguntó María, la única amiga catalana en Buenos Aires con la que hablo catalán) Ella sí lo hizo. Vino desde Tigre con Teresa, su hija de 20 días y después de 25 km y casi una hora en coche, en la calle Echeverría 1515 esquina Libertador contestó a las dos preguntas que Artur Mas pide que respondan los catalanes: ¿Quiere usted que Cataluña sea un Estado? En caso afirmativo, ¿quiere usted que sea un Estado independiente?. Como ella, lo han hecho 350 catalanes más en Buenos Aires. En México DF, Bogotá, Santiago de Chile y San Pablo hubo centros donde acudir.
Lo cierto es que no encontré mi DNI español (a diferencia del pasaporte, solo puedes tramitarlo en España por eso lo guardé con ahínco, tanto que todavía no sé en qué cajón está...) así que me quedé sin expresar mi decisión. Me cuesta posicionarme sin vivir el día a día pero entiendo ese resentimiento que con el paso de los años se ha ido gestando entre los catalanes y el Gobierno central.
Hoy es el "día después" del #9N. Siendo catalana todos mis amigos aquí me preguntan ¿Qué sientes? ¿Qué te parece? ¿Qué opinión tienes? ¿Qué dicen los de allí? Y yo en realidad me siento como quien se va de casa a vivir fuera y luego pretende opinar y decidir cómo se tiene que organizar la familia que se ha quedado dando indicaciones. Mostraría tal vez poca inteligencia emocional. "Hay cosas que para opinarlas, hay que vivirlas", me dijo ayer una periodista amiga.
Yo desde Buenos Aires soy solo una observadora más pero de algo estoy segura y es de que Cataluña hará historia.
Nacionalismo no es lo mismo que independentismo. Deseos de nación tienen muchos territorios en el mundo. Cuestiones históricas, culturales, idiomáticas e ideológicas hacen que algunos pueblos quieran ser naciones y se sientan distintos al entorno que los rodea. En Cataluña, este deseo se ha intentado resolver a través de acuerdos. Son un ejemplo para un mundo en el que a veces algunos de los "desacuerdos" han desembocado en conflictos bélicos. Los catalanes llegan pacíficamente a un punto importante de la negociación.
Han salido a la calle cerca de dos millones y medio de personas (2.305.290 para ser exactos) para responder a las preguntas que antes he mencionado. Los voluntarios (unos 40.000) se han hecho cargo de velar por las urnas. La prensa internacional destaca el proceso participativo. En términos democráticos, aunque Rajoy se empeñe en decir lo contrario, ha sido un éxito
España no ha sabido seducir a los catalanes, España no ha querido negociar. (¿Será que no sabe?). En la negociación se tiene que ceder y se tienen también que entender cuáles son los intereses de cada uno de los "bandos". No se puede oprimir, que es lo que lleva haciendo España con Cataluña en estos últimos años. El famoso
Estatut, aprobado en el 2003 por el Parlamento Catalán y finalmente consensuado por el Gobierno de Rodríguez Zapatero fue impugnado por el Tribunal Constitucional después de haber recibido una denuncia del PP. Y vuelta a empezar.... Cuando oprimes, la gente se "rebota"; y si se rebota, pide votar.
Los catalanes hoy están contentos. Se creen vencedores. Su decisión, todavía no es vinculante, el blindaje legal en el que se escudan los contrarios no tengo claro que vaya a funcionar. Ellos (los catalanes) solo querían sentir la democracia en su piel, que les dejen decidir cuál será su futuro. Quieren someterse a una cirugía. Y como en toda operación, hay riesgos. Una gran parte de los catalanes está dispuesto a asumirlos.
Artur Mas es un político de primera. Tiene un gran sentido común. Cuando trabajé en AB (una empresa de azafatas en eventos y congresos) tuve oportunidad de conocerlo y tratarlo. Me causó una excelente impresión, totalmente opuesto a Joan Clos (fue alcalde de Barcelona entre los años 1997 y 2006, no dejaba que lo miraran a los ojos los empleados en actos oficiales, nunca una sonrisa, nunca un gracias) Mas, por el contrario, tiene carisma, es inteligente, es un estratega y le gusta ganar. ¿Lo conseguirá?
Artur, sigo sin querer que Cataluña se "vaya" de España pero tu estilo me gusta. Por el momento a mí, me estás haciendo pensar...