Es una práctica regularizada en países como: Nueva Zelanda, Irlanda, Reino Unido, Canadá, Chile, Portugal, Francia y Chile. En Argentina y España tienen muchos vacíos legales pero ya marca tendencia. Estados Unidos es un líder indiscutible de este fenómeno. La "educación en el hogar" es legal en los 50 estados y según informes del National Home Education están escolarizados alrededor del 3% de los alumnos, es decir más de 1.8 millones de niños.
Se trata de una realidad que muchos niños tienen debido a una enfermedad, disacapacidad o por continuos viajes. Sin embargo, hay padres que sin ninguno de estos inconvenientes han decidido ser los profesores de sus hijos. Muchos, viendo la resistencia que esta opción educativa genera se amparan en la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU (art. 26 parte 3). "Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habra de darse a sus hijos".
Los motivos que llevan a las familias a elegir este tipo son de distinta índole. Expertos de la Universidad de Harvard consideran a los estudiantes son más responsables porque cada uno sigue un programa distinto al de sus compañeros (normalmente sus hermanos) y tienen que alcanzar los objetivos de sus tareas de manera independiente. Aprenden a resolver problemas y dudas sin ayuda de alguien y suelen tener mayor capacidad de analizar las circunstancias para la resolución de conflictos.
Anne por ejemplo destaca sobre todo el tiempo que puede pasar con los niños. Ella y su esposo fueron a un colegio convencional cerca de la granja donde vivían con sus padres. Olivia, su hija mayor fue al colegio durante un año pero eso la dejaba fuera de casa demasiadas horas por día. "Son todos muy seguidos, llevarlos y traerlos a todos lados hacía que nuestra rutina fuera muy engorrosa" dice Anne cuando explica uno de los motivos que los hizo valorar esta tipo de educacion. Este método les ha permitido estar en su hogar y no irrumpir el día a día de sus hijos más pequeños.
Bennett mostrándome su cuaderno de tareas. |
Disponen de más tiempo para hacer otras materias extracurriculares como música, arte y deporte. Con eso tienen "cubierto" el tema de la sociabilización, motivo por el cual gran parte de la comunidad educativa mira con recelo este movimiento. Tienen una atención personalizada en las casas pero las familias deben hacer un esfuerzo adicional para que esto no sea un problema y puedan compartir actividades con otros niños.
En el caso de la familia Boyd, forman parte de un grupo de homeschoolers que vive cerca, son niños de 15 familias que se juntan una vez por semana; juegan, comparten, discuten, se divierten y trabajan.
La experiencia es muy positiva, sin embargo todos los años se reúnen con sus hijos y les preguntan si quieren seguir con la modalidad o ir al colegio. Ellos no lo dudan, el homeschooling les funciona, al menos, de momento.