A todos nos pasan cosas que en principio parecen inexplicables.
Cuando eso ocurre las opciones son dos:
- "Enroscarse" en lo sucedido tratando de encontrar motivos, causas y porqués.
- Respirar, tomar distancia y mirar para adelante.
Lo primero es más fácil que lo segundo pero los años y las experiencias suelen darnos las herramientas psicológicas necesarias para poder pasar de una opción a otra sin tanto esfuerzo.
Bajo ese marco, me vino a la cabeza César Barría, un nadador panameño de 31 años a quien conocí cuando estuve en Panamá.
Lo vi entrar en la sala de prensa del Foro de Jóvenes días antes de que se celebrara la Cumbre de las Américas, con una gran sonrisa y acompañado de su agente. No pasó inadvertido (sobre todo para ninguna de las mujeres que allí estábamos sentadas). Lo increíble es que era tal "el porte" que tardé en darme cuenta que le faltaba una pierna.
¿Quién es ese chico? - pregunté.
Allí estaba él, con una gran sonrisa, hablando con los periodistas que se le acercaban interesados en su testimonio y en la charla que había venido a compartir con los jóvenes de América tan ilusionados con poder cambiar el mundo.
No iba a ser menos así que me acerqué para charlar con él y que me contara un poco de su historia.
“La importancia de reinventarse a si mismo”. Así es como tituló su intervención.
Tras un accidente de tránsito en el año 2003, sufrió la amputación de su pierna derecha, eso no impidió que cumpliera sus sueños y saliera adelante. “No podemos decidir las circunstancias que nos
rodean en la vida pero si una actitud frente a ellas.”
Con este positivismo frente a la vida, se
ha propuesto retos como cruzar el Estrecho de Gibraltar, el Canal de la Mancha
y varias travesías a nado. “El deporte ha sido una herramienta para salir
adelante y un medio de transformación muy poderoso” dijo.
Actualmente se entrena duramente para
poder participar en los juegos paralímpicos de Brasil
2016.
Su objetivo es inspirar a los jóvenes para que puedan llevar a los jefes de
Estado esta idea: fomentar nuevas estrategias en la sociedad que les ayuden a
superar las adversidades.
Algo que me llamó la atención fue su constante mención a Dios y a la familia. Destacó la importancia de la suya y de cuánto le ha apoyado en todo momento. Hablaba de la fe como fuente de energía para transmitir
su experiencia.
Tanto en la conferencia como en la entrevista mantuvo siempre esa gran sonrisa.
César deja algunas huellas, supongo que acordarme de él en momentos donde hay que tomar decisiones importantes, es una muestra.
