Diciembre ha llegado. En el hemisferio sur del planeta coincide con el fin
del año lectivo, del ciclo fiscal, con el inicio de las vacaciones estivales,
con la Navidad y para quienes tenemos hijos, con los “mil quinientos” actos que
se hacen en el colegio para conmemorar el fin de curso. ¡Ah! También es el mes
donde las altas temperaturas empiezan a sentirse y el calor nos deja a todos
atontados pensando que el fin del mundo está por llegar. Ocho años y medio hace
que vivo aquí pero al diciembre caluroso no me consigo “aclimatar”.
Leyendo
este título, la entrada de hoy, bien podría tratarse de una serie de consejos
que nos permitieran planificar nuestra economía anual y decidir si durante
el 2015 vamos a gastar todos nuestros ingresos o si por el contrario, ahorraremos para: la casa (cuyo crédito no nos han concedido aún), las vacaciones (¿Disney? ¿llegó el momento de un all inclusive? o ¿volvemos a usar el departamento de tu mamá que tiene en la costa y que tenemos que compartir con suegros y cuñados?), el coche (en este pais comprar un coche es un planteo casi tan difícil como el que uno hace cuando elige vivienda, por lo caro de los repuestos y las trabas de las importaciones) o simplemente para contar con
una jubilación más acomodada (sobre todo en estos días que se instaló el debate de ofrecer una pensión a las personas transexuales que dobla en monto a la de los jubilados).
Algunos
de quienes leen empezarán a plantearse cómo organizar la economía del año que viene. Otros, los menos afortunados, se
preguntarán: ¿Ahorrar? y ¿Cómo hago? Existe otro tipo de gente: quienes
conforman los 1300 millones de personas que viven con menos de 1 dólar al día, ellos
ni tan siquiera se harán el planteo. Están pensando en sobrevivir.
Naciones
Unidas dictamina que el abismo de la pobreza se abre cuando alguien gana menos
de 5 dólares diarios. Uno de los objetivos de la ONU entre los años 1995 y 2015
fue reducir a la mitad esta proporción de gente que vive en la miseria. Se
logró antes de tiempo pero… el camino que queda por hacer es tal que no parece
haber sido un triunfo.
Hay economistas como Lant Pritchett, (trabajó en el Banco Mundial y es profesor en la Universidad de Harvard) que piensan que durante estos años de trabajo se puso más enfoque en la filantropía que en
el desarrollo a largo plazo. Tal vez por eso el logro no es tan festejado. Hay
realidades que nos cuesta percibir, nos quedan demasiado lejos. En muchos países la
brecha entre ricos y pobres es cada vez mayor. México por ejemplo, es la
segunda potencia de América Latina con el ingreso mínimo más bajo del mundo
(4.89 U$D) entre sus 23 millones de trabajadores. Esa brecha, definitivamente
no le hace bien a nadie, ni siquiera a quienes tienes las mejores rentas.
Menos mal
que existe gente como Renée C.Bayer, premio Pulitzer de fotografía 2007 y finalista en el 2013 que en su libro Living on a dollar a day reúne más de 200 imágenes de pobreza que buscan impactar en nuestras retinas para tomar conciencia y actuar.
En este libro se fotografiaron y entrevistaron a personas en Bangladés, Bolivia, Tailandia, Camboya, la India, Ghana, Rumania, Liberia, y algunos países más. A través de las imágenes, Renée nos cuenta una historia. Los protagonistas no siempre son noticia. Deberían serlo.
Thomas A. Nazario Presidente de The Forgotten International, cuyo objetivo es trabajar para erradicar la pobreza en el mundo enfocando su trabajo principalmente en mujeres y niños, es quien hace en el libro el análisis de la situación.
Las fotos prueban la desigualdad, muestran la realidad. Encontramos, además, organizaciones que luchan contra el hambre y la pobreza en el mundo. Nos dan esperanza. Leerlo permite que nos sumemos.
Nacer en un sitio determinado no depende de nosotros. Es cuestión de suerte, o del destino, o de Dios... Mientras muchos de nosotros miramos al futuro otros solo piensan en llegar al fin del día. Que esa realidad cambie, ¿de quién depende? No sé si estás fotos nos dan la respuesta pero al menos llegando estas fechas, donde el consumo de cualquiera que esté leyendo esto se dispara, podrían hacernos simplemente pensar.
Sangeeta tiene 2 años y llora por hambre. Se calcula que 19.000 niños mueren al día por causas que se podrían haber evitado. Su madre pide en la India con ella porque con su aspecto de desnutrida logra "recaudar" más dinero y asi alimentar al resto de sus hijos. |
Ana MariaTudor tiene 4 años, está esperando el desahucio en este cuarto (su casa) en Rumania. No tiene baño ni agua corriente. Su padre no puede trabajar debido a una enfermedad. |
Alvaro Calancha tiene 9 años, su padre murio y él se encarga de las ovejas. Se las ingenia para ir al colegio. Vive a 13.000 m de altura en Caluyo (Bolivia) en una casa sin aislamiento. |
Hunupa, tienes 13 años, ella y uno y de sus hermanos mendigan en las calles de Nueva Delhi para lograr pagar el tratamiento que necesitan sus enfermedades. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario